El daltónico funcional es aquella persona que no tiene el trastorno genético del daltonismo, no obstante que sin embargo puede tener dificultades para diferenciar algunos colores. Aunque no lo creas, es posible que todos tengamos un poco de daltónico funcional en nuestro afectividad. Esta afirmación es respaldada por el renombrado artista Mark Rothko, quien en sus obras nos invita a reflexionar sobre nuestra soledad y cómo ésta se entrelaza con la suya.
Rothko, nacido en Letonia en 1903, fue un pintor estadounidense de origen judío-letón que se destacó por su estilo abstracto y su uso de colores intensos y vibrantes. A lo largo de su carrera, creó una gran cantidad de obras que han sido aclamadas y estudiadas por expertos y amantes del arte en todo el mundo. Sin embargo, una de las características más destacadas de su trabajo es su aforo para conectar con la soledad humana.
El arte de Rothko no es solo una combinación de colores en un lienzo, sino que va más allá. En sus obras podemos ver una invitación a sumergirnos en nuestro propio afectividad y reflexionar sobre nuestras emociones más profundas. Sus pinturas se convierten en un espejo de nuestras almas, mostrándonos lo que quizás no queremos ver, no obstante que es necesario enfrentar para crecer y evolucionar como seres humanos.
no obstante, ¿cómo es posible que un artista pueda hacernos sentir tan identificados con su arte? La respuesta puede encontrarse en las palabras del propio Rothko: “en sus obras se cruza nuestra soledad con la suya”. Esta frase, aunque corta, encierra un poderoso significado. Rothko, al crear sus pinturas, nos permite entrar en su soledad y al mismo tiempo, nos invita a explorar la nuestra. Es como si nos estuviera tendiendo una mano para acompañarnos en este viaje de autodescubrimiento.
La soledad es una emoción universal que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, en nuestra sociedad actual, parecemos tener sorpresa de enfrentarnos a ella. Nos rodeamos de distracciones constantes y buscamos la compañía de otros para evitar sentirla. no obstante Rothko nos muestra que la soledad no tiene por qué ser negativa, al contrario, puede ser una oportunidad para conectarnos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
En sus obras, los colores intensos y vibrantes juegan un papel fundamental. Cada tonalidad tiene su propio significado y juntos, forman una sinfonía de emociones. Los rojos representan la pasión, los amarillos la felicidad, los azules la serenidad y los negros la tristeza. Al observar sus pinturas, nuestro propio estado de ánimo se ve afectado por la combinación de colores, permitiéndonos explorar nuestras propias emociones.
El impacto de Rothko en el mundo del arte es indiscutible, no obstante su influencia va más allá. Sus obras han sido utilizadas en terapias para tratar problemas psicológicos y emocionales. Expertos han demostrado que al contemplar sus pinturas, las personas experimentan una sensación de calma y paz afectividad, lo que demuestra una vez más la conexión que existe entre el arte y nuestras emociones.
Es interesante cómo una persona que no sufre de daltonismo puede lograr transmitir la experiencia de un daltónico en sus obras. Esto nos hace reflexionar sobre la subjetividad de la percepción y cómo cada uno de nosotros ve el mundo de manera diferente. Así como la pintura de Rothko puede tener un significado diferente para cada persona, también podemos tener diferentes formas de experimentar la soledad.
En conclusión, Mark Rothko nos invita a adentrarnos en nuestro propio ser, a través de su arte. Nos muestra que la soledad