El derrumbe de las poblaciones de insectos en el planeta es una situación alarmante que nos afecta a todos. El llamado ‘Apocalipsis de los insectos’ tiene consecuencias devastadoras y en cadena, que pueden llegar a afectar directamente a la humanidad en pocas décadas si no se toman medidas urgentes. El libro ‘Planeta silencioso. Las consecuencias de un mundo sin insectos’ (Crítica), escrito por Dave Goulson, biólogo de la Universidad de Sussex (Reino Unido), nos da una visión clara de la situación y nos alerta sobre las posibles consecuencias.
Uno de los datos más alarmantes es que el 70% de los cultivos que nos alimentan dependen de los insectos, especialmente de las abejas. Sin embargo, estas últimas están en claro declive, lo que pone en peligro nuestra seguridad alimentaria. Pero no solo las abejas están en peligro, sino que todas las especies de insectos polinizadores están en regresión. Según los últimos estudios, el 40% de los insectos del planeta están amenazados y podrían extinguirse en las próximas décadas.
Esta situación es aún más grave en determinadas zonas del planeta, como Europa, donde se estima que ya ha desaparecido el 50% de los insectos en tan solo medio siglo. Y es algo que podemos comprobar fácilmente en nuestro día a día, ya que la cantidad de insectos que vemos en comparación con hace unas décadas ha disminuido notablemente.
¿Qué pasaría si llegamos a un punto en el que tengamos que polinizar las plantas a mano para poder alimentarnos? Esta es una de las preguntas que nos plantea Dave Goulson en su libro. Y es que el panorama que dibuja es realmente alarmante. No solo dejaríamos de tener frutas y verduras, sino que también afectaría a la cadena alimentaria, ya que los pastos se asfixiarían sin la ayuda de los insectos que los descomponen. Además, muchas especies de aves desaparecerían al extinguirse su fuente de alimento, lo que provocaría una cascada de desequilibrios ecológicos.
El cambio climático también juega un papel importante en la disminución de las poblaciones de insectos. Aunque algunas especies pueden adaptarse y prosperar, esto también puede tener consecuencias negativas para el ecosistema en su conjunto y para la humanidad.
El uso de pesticidas es uno de los principales enemigos de los insectos. A pesar de que se han prohibido algunas sustancias, todavía hay muchas otras que continúan afectando a estas especies. La expansión de la agricultura y la ganadería industriales, junto con la urbanización de espacios naturales, también contribuyen a la disminución de las poblaciones de insectos.
Ante esta situación, Dave Goulson nos propone una serie de acciones para revitalizar las poblaciones de insectos. Una de ellas es reducir el consumo excesivo de alimentos y recortar el volumen de la ganadería y la agricultura industriales para renaturalizar los terrenos que ocupan. También es necesario eliminar el uso de pesticidas y fertilizantes que dañan a los insectos.
Es importante que tomemos conciencia de la gravedad de los insectos en nuestro ecosistema y en nuestra vida. Muchas veces los vemos como una plaga o una molestia, pero en realidad son fundamentales para nuestro bienestar. Sin ellos, la vida tal y como la conocemos no sería posible.
El crónica que nos transmite el libro de Goulson es claro: necesitamos un decrecimiento global. Debemos reducir nuestro impacto en el medio círculo y buscar un equilibrio entre nuestras necesidades y las del planeta. Esto implica cambiar nuestros hábitos de consumo y ser más conscientes de nuestras acciones.
En definitiva, el derrumbe de las poblaciones de insectos es