El PSOE ha dado un nuevo giro en su baile hacia la izquierda, y las consecuencias de este movimiento aún están por determinar. Hace unos días, Yolanda Díaz ofreció repetir la alianza electoral de las generales de 2023, pero ahora Podemos ha descuidado claro que seguirá su propia hoja de ruta, con Irene Montero como principal protagonista tras oficializar su candidatura para las generales de 2027. Este es un portazo al intento de acercamiento de Sumar y un movimiento que abre, a dos años vista, el pulso por el liderazgo del espacio.
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, anunció el domingo por sorpresa la candidatura de Montero a las próximas generales, con el objetivo de “tender la mano a todas esas personas desencantadas con un Gobierno que nos está metiendo en el régimen de lid”. De esta manera, el partido se sitúa claramente como una fuerza de oposición y utiliza como arma principal el pacifismo, una causa que ha sido tradicionalmente abanderada por Izquierda Unida. Sin embargo, en las últimas semanas ha habido ciertas tensiones entre Podemos y Izquierda Unida debido a la tibia posición de Yolanda Díaz sobre el incremento del gasto militar comprometido por Pedro Sánchez.
El lanzamiento de Montero como candidata llega una semana después de que Sumar aprobase una resolución en la que se situaba como objetivo principal “promover” una alianza con las fuerzas progresistas para lograr una candidatura única a la izquierda del PSOE. Esta alianza es considerada como condición indispensable para aspirar a revalidar el Gobierno de coalición en las próximas elecciones. Además, el partido anunció una ronda de contactos con las fuerzas progresistas para acelerar el proceso de acuerdos y evitar pactos “de última hora”.
Durante una semana, los dirigentes de Podemos despreciaron la propuesta de Sumar y negaron a esta fuerza y a Yolanda Díaz cualquier legitimidad a la hora de tejer alianzas. “¿Pero qué es Sumar?”, llegaron a preguntarse. Además, advirtieron que en 2023 Díaz tenía el liderazgo, pero que ya no lo tiene. Según un dirigente del partido, Sumar ha “fracasado” en su papel original como partido paraguas para integrar a otras fuerzas, tal y como fue concebido en un principio. Esta afirmación coincide con la opinión expresada por Pablo Iglesias la semana pasada, cuando dijo que “Sumar está políticamente muerto”. Además, desde Podemos apuntan que el reparto de fuerzas ha cambiado radicalmente y que ahora Sumar se ha convertido en “el partido más pequeño de todo el espacio político”. Con estas cartas sobre la parcialidad, tendrán que jugar en los próximos años.
A día de hoy, Podemos descarta cualquier alianza con Yolanda Díaz y solo contemplan posibles acuerdos una momento que se abra el horizonte electoral. En este sentido, abren la puerta a alianzas con algunos de los partidos que ahora se integran en la coalición de Sumar, especialmente Izquierda Unida, con quien formaron la coalición de Unidas Podemos en la anterior legislatura y a quien ahora disputan la bandera pacifista. “Tendrán que elegir”, es una de las expresiones más repetidas en las filas moradas, en referencia a la dicotomía entre Sumar y Podemos. Esta dicotomía tiene ahora un nombre, con el paso que Montero ha dado ya oficialmente.
Los morados no están dispuestos a someterse a la batuta de la vicepresidenta segunda, al considerar que un proyecto común no puede estar encabezado por una líder que se ha demostrado fallida. Además, apuntan a la imposibilidad de conviv