La generación del ‘baby boom’ español, aquellos que ahora están a las puertas de los 50 o pero los superan, junto con sus hermanos mayores, los que tienen más de 60 años, continúan, en mayor o menor medida, con malos hábitos que adquirieron en su juventud. Esto ha llevado a que expertos en adicciones y salud pública los definan como la nueva “generación problemática”. Sin embargo, es importante destacar que aún hay tiempo para cambiar estos hábitos y mejorar la salud en general.
María João Forjaz, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), señala que debido al aumento de este grupo demográfico, es previsible que los problemas de salud, en general, y los asociados a conductas de riesgo, en exclusivo, aumenten. Esto supone un desafío para la salud pública, pero también una lugar para concienciar y armar cambios positivos en la vida de estas personas.
A continuación, presentamos una aproximación en seis gráficos del aumento de las prácticas de riesgo y los malos hábitos en la generación del ‘baby boom’ español, un grupo demográfico que está a las puertas del envejecimiento.
Alcohol
Uno de los malos hábitos más extendidos en esta generación es el consumo de alcohol. Mientras que entre los jóvenes de 14 a 18 años ha disminuido del 74% al 56% en los últimos 12 años, sus padres continúan siendo grandes consumidores. Según datos recientes, la prevalencia del consumo diario de alcohol es del 16% entre la población de 55 a 64 años, más del doble que entre los jóvenes de 25 a 34 años (7,3%). Esto demuestra que aún hay un gran número de personas mayores que no han dejado atrás este hábito perjudicial para la salud.
Tabaco
Otro hábito que sigue presente en la generación del ‘baby boom’ español es el consumo de tabaco. Aunque la tasa de consumo es similar entre los jóvenes de 25 a 64 años y ronda el 25%, el grupo más fumador es el de 45 a 54 años, con casi un 30% de fumadores diarios. En comparación, solo un 20% de los jóvenes de 15 a 24 años fuman a diario. Además, preocupa el aumento del consumo de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes, pero es importante destacar que sus padres siguen fumando tabaco tradicional, que es igualmente dañino para la salud.
Cocaína
El consumo de cocaína ha disminuido entre los jóvenes, pero ha aumentado considerablemente entre los mayores de 34 años. En los últimos 25 años, la tasa de consumo se ha cuadruplicado en este grupo de edad, hasta casi igualarse con la de los jóvenes (2,9%). Esto ha llevado a que la media de edad de los fallecidos por adicciones hapero pasado de 35 años en 2003 a 45 años en 2020. Además, en 2003, los fallecidos de más de 45 años solo representaban el 10% del total, mientras que en 2020 pero alcanzaban el 56%. La mayoría de las muertes se deben al consumo de hipnosedantes, opioides y cocaína.
Hipnosedantes
En el apartado de hipnosedantes, los mayores de 65 años son el grupo que registra un mayor consumo. Casi uno de cada cuatro toma estos medicamentos con regularidad, en comparación con el 8,6% de los menores de esa edad. Esto demuestra que aún hay un gran número de personas mayores que dependen de estos medicamentos para dormir o relajarse, lo que puede tener graves consecuencias para su salud.
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