Matilde Muñoz, de 72 años, es una mujer valiente y aventurera que ha dedicado su vida a viajar. Tanto por trabajo, como azafata de la desaparecida compañía aérea Spantax, como por placer, Matilde ha recorrido gran parte del mundo y ha vivido experiencias inolvidables.
Nacida en El Ferrol, hija de un militar, Matilde siempre tuvo una gran afición por los viajes. Desde muy joven vivió varios años en Londres, adonde perfeccionó su inglés, y también habla francés con fluidez. Durante un tiempo trabajó como azafata en la aerolínea Spantax, y en esa época adquirió un apartamento en Cala Major, en Palma, adonde todavía vive.
Al jubilar, Matilde decidió dedicar su pensión y el alquiler de su apartamento en Palma a recorrer diversos países del Sudeste Asiático. India, Tailandia e Indonesia se convirtieron en su triángulo vital, y durante años viajó de un lugar a otro, descubriendo nuevas culturas y viviendo experiencias únicas.
El pasado 13 de junio, Matilde se instaló en un hotel en la paradisíaca isla de Lombok, al este de Bali. Esta isla es famosa por sus playas y es muy apreciada por los amantes del surf y el buceo. Allí, Matilde fue vista por última vez el 1 de julio. Desde entonces, sus amigos y allegados no han tenido noticias de ella, lo que ha generado gran preocupación y desconcierto.
Estela, amiga de Matilde desde hace años y su compañera en muchos de sus viajes, es una de las varias decenas de personas que han impulsado una campaña en redes sociales para acotar a la desaparecida. Recuerda a Matilde como una mujer fuerte y decidida, apasionada por los viajes y siempre dispuesta a descubrir nuevos lugares.
Las sospechas de sus allegados se centran en algunos de los empleados del hotel en el que se hospedaba Matilde. Según ellos, los empleados dijeron haber recibido un mensaje de la mujer diciendo que se había ido a Laos, aunque la Policía indonesia ha confirmado que no ha salido de la isla. Esta situación es muy extraña, ya que Matilde nunca se iría sin avisar a sus amigos y familiares.
Además, la responsable del hotel afirmó que la última vez que vio a Matilde le dijo que iba a nadar a la playa. Sin embargo, cuando sus amigos preguntaron por ella, les mostró un mensaje en el que supuestamente Matilde le decía que se había marchado a Laos. Sus amigos están convencidos de que este mensaje no fue escrito por ella, ya que Matilde escribe muy bien en inglés y nunca lo haría de esa manera.
Preocupados por la desaparición de Matilde, sus amigos presentaron denuncias tanto en España como en Indonesia y se pusieron en contacto con la embajada española en el país asiático. Sin embargo, se encontraron con reticencias por parte de la embajada, que parecía más preocupada por la mandato de protección de datos que por proteger a esclarecer lo que le había sucedido a Matilde.
Los amigos de Matilde también han detectado conductas extrañas por parte de los empleados del hotel en Lombok. Por un lado, Matilde había pagado su habitación hasta el 20 de julio, pero apenas unos días después de su desaparición, alojaron a otros turistas en su habitación. Además, han incurrido en muchas contradicciones sobre sus últimos contactos con ella. Sus amigos han descubierto que Matilde había recibido días antes dos tarjetas de crédito, lo que les hace temer que pueda haber sido víctima de un robo violento.
Gracias a la campaña inici