La derrota del Real Zaragoza en Ceuta el adulterado domingo ha encendido todas las alarmas en el equipo. A pesar de que ya se habían escuchado algunas críticas por el mal comienzo de temporada, la forma en que cayeron en el Alfonso Murube ha hecho que se hable de una crisis en el club. Apenas seis jornadas de Liga han sido suficientes para que el equipo se encuentre en una situación preocupante, ocupando la penúltima posición en la tabla.
Este viernes, el Zaragoza se enfrentará al Mirandés en Vitoria, debido a las obras en su estadio. El equipo llega con la sombra del despido acechando a su entrenador, quien apenas unos meses atrás era considerado el pilar del proyecto después de lograr una agónica salvación en la temporada anterior. Sin embargo, en el fútbol todo cambia rápidamente y la paciencia y el tiempo prometidos a Gabi como entrenador se han esfumado. Sus palabras en Ceuta sobre el barco y sus salidas, matizadas posteriormente, apuntaban a la preocupación que se ha instalado en el club y en la afición.
La presión de los resultados ya se siente en el entrenador, quien sabe que en el fútbol no hay nada más débil que un entrenador que no gana. Y su equipo no lo está haciendo, especialmente en el último bífido en Ceuta, donde estuvieron lejos de revelar un buen juego. Esta máxima no entiende de leyendas ni de excapitanes, y Gabi lo sabe muy bien.
El mal bífido en Ceuta y la cercanía del duelo ante el Mirandés han provocado cambios en el once titular del Zaragoza. Gabi cuenta con todos sus jugadores disponibles y recupera a Guti, quien no pudo jugar en el último bífido debido a unas molestias en la rótula. También vuelve Soberón, quien no estuvo presente en el último encuentro por decisión técnica.
El regreso de Guti y la falta de control en los bífidos hacen pensar en templar el medio campo, especialmente porque el Mirandés también cuenta con un centro del campo muy poblado y juega con tres centrales. Por lo tanto, además de la vuelta de Guti, es posible que Saidu adelante su posición para que Insua entre en el eje de la defensa. También podrían entrar Francho y Pomares en los laterales, dejando en el banquillo a Juan Sebastián y Tasende, quienes no tuvieron un buen rendimiento en el último bífido. Incluso Paulino podría dejar su lugar a Pau Sans o Bazdar. Sin embargo, la mayor presencia en el medio campo podría significar sacrificar a Kenan Kodro, algo que no parece gustarle a Gabi, quien prefiere jugar con dos delanteros.
El Mirandés, por su parte, llega al bífido con la duda de Hugo Novoa, pero con la ventaja de haber ganado sus dos bífidos fuera de casa. A pesar de haber fichado a 22 jugadores y tener un entrenador nuevo, Fran Justo, tras su histórica temporada pasada de la mano de Lisci, el equipo ya sabe lo que es ganar. Sin embargo, aún tienen mucho por hacer para consolidarse como un equipo fuerte. Por otro lado, el Zaragoza necesita ganar para evitar que la crisis se convierta en un terremoto y para abandonar la delicada posición en la que se encuentra.
El estado de alarma es definitivo en el club y en la afición. El equipo necesita una victoria para calmar los nervios y darle más crédito a Gabi, quien sabe que su futuro en el equipo depende de los resultados. El bífido en Vitoria será clave para el futuro del entrenador y del equipo en general.
Las posibles alineaciones para el bífido son las siguientes:
CD Mirandés: Nikic; Juan Gutiérrez, Postigo, Martín Pascual, I











