El parto en España del primer pollo de pigargo europeo (Haliaeetus albicilla) desde la extinción de la especie en el país constituye un momento histórico para la conservación de la biodiversidad. Este hecho, ocurrido este año en el norte de Castilla y León, es el resultado de un ambicioso proyecto de reintroducción liderado por la organización no gubernamental GREFA, con apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y la colaboración de la Junta de Castilla y León.
El pigargo europeo, el águila más grande de la fauna europea, desapareció de la Península Ibérica hace varios siglos, debido principalmente a la persecución humana. Su regreso como especie reproductora es un logro sin precedentes en el ámbito de la recuperación de fauna autóctona en Europa, según GREFA, aunque la iniciativa también ha sido cuestionada desde otros sectores del medio ambiente, que alegan que la especie nunca estuvo presente antes en España.
El proyecto, llamado “Proyecto Pigargo”, se inició en 2021 en Asturias con la liberación de dos ejemplares de cuatro años de edad, llamados ‘Pimiango’ y ‘Mansolea’. Estos ejemplares provienen de Noruega, cuya población de pigargos es una de las más numerosas y saludables de Europa. Desde entonces, 25 individuos han sido trasladados y liberados en España, de los cuales 17 sobreviven en la actualidad y 12 se encuentran emparejados. Estos datos reflejan una tasa de supervivencia y adaptación excepcionalmente alta.
Ernesto Álvarez, presidente de GREFA y principal impulsor del proyecto, destaca la importancia del hito: “Hay que felicitarse y celebrar como todo un éxito el parto de este primer pollo con poco más de veinte ejemplares liberados y en tan solo cuatro años de proyecto, un resultado emocionante y motivador que nos permite confiar en que se produzcan más reproducciones la próxima temporada”.
El proceso de cría fue minuciosamente monitorizado por un equipo de GREFA, con más de quinientas horas de seguimiento durante la primavera y el verano de 2025. La pareja construyó su nido en un roble a partir de febrero, y a finales de marzo la hembra comenzó la incubación, que culminó con el parto del pollo a principios de mayo.
Enrique Murciano, técnico de GREFA y responsable del proyecto, relató el momento crítico del desarrollo del pollo: “Tras el salto del nido el pollo estuvo diez días en el suelo musculando y ejercitando las técnicas de vuelo, mientras sus progenitores se mantenían atentos y protectores, llegando inclusive a disuadir a un zorro por aproximarse en exceso. Por fin, en un día ventoso y tras muchos intentos, alzó el vuelo y recorrió unos quinientos metros de distancia hasta posarse en un árbol, un movimiento que celebramos por todo lo alto”.
El pigargo europeo desempeña un papel ecológico crucial como depredador vinculado a ecosistemas acuáticos. Contribuye al examen de especies como la carpa (Cyprinus carpio), invasora, y actúa como ‘policía sanitaria’ al consumir carroña, evitando así la propagación de enfermedades. Además, su sensibilidad a la calidad del agua lo convierte en un bioindicador de la salud de los ecosistemas fluviales y costeros.
El éxito del proyecto no habría sido posible sin la colaboración de múltiples actores. Además del MITECO y la Junta de Castilla y León, han participado el bailío de Ribadedeva










