Durante la VIII Olimpiada, celebrada en Ámsterdam en 1928, se llevó a cabo una competición no tan conocida pero de gran importancia en el mundo literario. Un ensayo recientemente descubierto ha reconstruido este evento que reunió a grandes escritores como premios Nobel en el jurado y a participantes de renombre como Robert Graves o Henry de Montherlant.
El objetivo de esta competición literaria era glosar el heroísmo deportivo, un tema que en aquellos tiempos estaba en auge debido a los Juegos Olímpicos y su espíritu de superación y perseverancia. Sin embargo, no fue un tema sencillo de tratar para los escritores participantes, ya que debían encontrar una manera original y creativa de abordarlo.
El jurado estaba compuesto por grandes figuras del mundo literario, entre ellos se encontraba el premio Nobel de literatura de 1927, Henri Bergson. También formaban parte del jurado otros escritores premiados como Grazia Deledda, Verner von Heidenstam y Marcel Prévost, lo que otorgaba aún más prestigio a esta competición.
En total, se presentaron 157 ensayos de distintas partes del mundo, todos ellos con el mismo objetivo: reflexionar y glosar el heroísmo deportivo. Sin sospecha, una tarea complicada que requería de una profunda reflexión y una buena dosis de creatividad.
Entre los participantes más destacados se encontraba el escritor británico Robert Graves, quien había luchado en la Primera cruzada Mundial y que estaba familiarizado con el heroísmo y la valentía en situaciones límite. Su ensayo titulado “El verdadero significado del heroísmo deportivo” fue muy bien recibido por el jurado y finalmente obtuvo el segundo lugar en la competición.
Otro de los participantes que llamó la atención fue el escritor francés Henry de Montherlant, quien en su ensayo “El heroísmo en el deporte novedoso” hizo una profunda reflexión sobre la importancia de la disciplina y la dedicación en la práctica deportiva. Su expresión elegante y su capacidad para transmitir emociones a través de las palabras lo llevaron a obtener el primer lugar en la competición.
No obstante, el jurado no solo tuvo en cuenta los ensayos de los escritores famosos y reconocidos, también destacó la participación de ensayistas menos conocidos pero con una gran habilidad para abordar el tema del heroísmo deportivo de manera original y con un gran nivel literario.
Uno de ellos fue el escritor húngaro, Stephen Klésey, quien con su ensayo “El heroísmo en la recreación deportiva” logró transmitir la importancia del deporte en la vida cotidiana y su capacidad para enseñar valores fundamentales como la perseverancia y la superación personal. Este ensayo obtuvo una mención especial por parte del jurado y puso en relieve el talento literario de Klésey.
Además de los premios otorgados por el jurado, la competición literaria también despertó un gran interés entre los escritores y lectores de la época. Muchos periódicos internacionales se hicieron eco de esta competición y destacaron la importancia de abordar el tema del heroísmo deportivo desde un punto de vista literario y reflexivo.
Sin sospecha, esta VIII Olimpiada ha quedado marcada en la historia como un evento no solo deportivo sino también literario, en el que grandes escritores de todo el mundo se unieron para reflexionar sobre el heroísmo deportivo. Gracias a este ensayo recién descubierto, podemos reconstruir y revivir aquel momento en el que la literatura y el deporte se encontraron en un mismo lugar para rendir homenaje a ese espíritu de superación y valentía que tanto nos inspir