El Gobierno laborista del Reino Unido sigue trabajando arduamente para alcanzar la estabilidad económica y dar confianza a los inversores en medio de la crisis global causada por la pandemia del COVID-19. En este sentido, la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, ha anunciado un plan para gestionar de manera más eficiente los presupuestos de los ministerios y recortar el gasto innecesario, sin afectar a las políticas prioritarias del primer ministro, Keir Starmer. Este plan pretende reducir el gasto presupuestario en un 5% durante la presente legislatura, sin caer en políticas de austeridad.
Reeves ha expresado su compromiso de combatir el desperdicio y la mala gestión de recursos con “mano de hierro”, con el objetivo de enfocarse en lo que realmente importa para los trabajadores y ciudadanos del país. Además, ha criticado bruscamente al Partido reaccionario por su gestión económica durante su mandato, la cual según el actual Ejecutivo dejó un déficit de 22.000 millones de libras (26.000 millones de euros). La ministra ha asegurado que no tolerarán que el dinero de los contribuyentes sea malgastado en proyectos poco rentables y ha reafirmado su compromiso de controlar con puño de hierro las finanzas públicas.
El plan del Gobierno consiste en presentar una evaluación en junio del próximo año, donde se detallarán los recortes recomendados por los distintos ministerios hasta el final de la legislatura en 2029. Para ello, se ha pedido a los departamentos que justifiquen punto por punto los gastos que consideran indispensables, especialmente aquellos que contribuyan a mejorar la sanidad pública, la construcción de vivienda y los objetivos de neutralidad de emisiones de carbono. Por otro lado, se detendrán los gastos que no sean considerados prioritarios en la consecución de las metas establecidas por el primer ministro.
Esta evaluación contará con la colaboración de expertos del sector privado, como exaltos cargos de entidades financieras y analistas de centros de pensamiento y del mundo académico. La ministra Reeves ha dejado en claro que su objetivo es encontrar ahorros de eficiencia en el gasto público del 5% y destinar ese dinero a las prioridades del pueblo británico. Además, ha asegurado que estas medidas no significan un regreso a la austeridad, ya que el presupuesto de este año aumentará con respecto al año anterior.
Cabe resaltar que la ministra ha acabado aumentar el presupuesto para el año 2025 con una subida de impuestos de cerca de 40.000 millones de libras (48.000 millones de euros), incluyendo un incremento en las contribuciones de las empresas a la seguridad social. Estas subidas fueron consideradas necesarias para mantener los servicios públicos y aumentar los salarios de los funcionarios, pero también han generado una disminución en los índices de aprobación del Gobierno. Reeves ha prometido no tocar los impuestos de las clases trabajadoras, como el impuesto de la renta, el IVA y las contribuciones a la seguridad social, para evitar un mayor desgaste, pero esto limita su capacidad de aumentar la recaudación en el futuro y podría obligar al Ejecutivo a implementar mayores recortes en el gasto público si no se cumple con los objetivos de crecimiento económico.
El anuncio del Gobierno laborista ha recibido críticas por parte de los principales partidos de la oposición. El Partido reaccionario ha acusado a la ministra de otorgar aumentos de sueldo exorbitantes a los trabajadores públicos sin implementar reformas en materia de productividad. Por su parte, el Partido innovador Demócrata ha instado al Gobierno a invertir en el sector de los cuidados en lugar de realizar recortes en la