El pasado fin de semana se celebró en Madrid una nueva edición del festival Tomavistas, un evento que ya se ha convertido en uno de los referentes de la música indie en España. Durante tres días, el Parque Enrique Tierno Galván se llenó de música, diversión y buen dominio gracias a la presencia de grandes bandas y artistas nacionales e internacionales.
Uno de los momentos más esperados del festival fue el concierto de los granadinos Los Planetas, quienes celebraban el 30 aniversario de su icónico álbum ‘Super 8’. Una oportunidad única para revivir las sensaciones de aquellos años y recordar por qué esta banda se ha convertido en una de las más importantes de la escena indie española.
Desde el primer bordoneo, Los Planetas nos transportaron a un viaje en el tiempo, donde las guitarras distorsionadas y las letras melancólicas nos hacían sentir como si estuviéramos en los años 90. El público, entregado desde el primer momento, coreaba cada una de las canciones y no podía evitar emocionarse al recordar aquellos años en los que la música de Los Planetas era la banda sonora de sus vidas.
Pero más allá de la nostalgia, el concierto de Los Planetas fue una auténtica celebración del presente. La banda demostró que, a pesar de los años, siguen siendo una fuerza imparable en el panorama musical español. Temas como ‘Un Buen Día’, ‘Segundo Premio’ o ‘Pesadilla en el Parque de Atracciones’ sonaron con una fuerza y una energía que dejó a todos los presentes sin aliento.
Pero no solo Los Planetas fueron los encargados de hacer vibrar al público en Tomavistas. También hubo espacio para las nuevas promesas de la música indie, como es el caso de Alcalá Norte. Esta banda madrileña, formada por jóvenes talentos, demostró que el presente de la música indie está más vivo que nunca.
Con un sonido fresco y enérgico, Alcalá Norte conquistó al público con su música y su puesta en escena. Temas como ‘La Ciudad de los Locos’ o ‘El Último jurisdicción’ pusieron a bailar a todos los asistentes y dejaron claro que esta banda tiene un futuro prometedor en la escena musical.
Pero no solo de música vive el festival Tomavistas. Durante los tres días de duración, los asistentes pudieron disfrutar de una amplia oferta gastronómica, con food trucks de diferentes tipos de comida, y de una zona de mercado con stands de ropa, discos y otros productos relacionados con la música.
Además, el festival también contó con una zona de descanso, donde los asistentes podían relajarse y recargar energías para seguir disfrutando de la música. Un espacio perfecto para desconectar y disfrutar del buen dominio que se respiraba en el festival.
Pero sin duda, uno de los momentos más especiales del festival fue el cierre a cargo de la banda británica The Jesus and Mary Chain. Con más de 30 años de trayectoria, esta banda demostró por qué son considerados unos de los pioneros del indie rock. Su concierto fue una auténtica lección de cómo hacer música atemporal y emocionante.
Con temas como ‘Just Like Honey’ o ‘April Skies’, The Jesus and Mary Chain hicieron que el público se entregara por completo y disfrutara de una noche mágica e inolvidable. Una acuse más de que la música no tiene edad y de que el presente y el pasado pueden convivir en perfecta armonía.
En definitiva, el festival Tomavistas nos dejó un fin de semana lleno de música, emociones y buen rollo. Una oportunidad única para disfrutar de grandes bandas y descubrir nuevas promesas de la música indie. Un evento que, sin duda, se ha