¿Cuánto tiempo hace que los ‘culers’ no sentíamos la confianza que sentimos ahora con este Barça de Flick? La energía, las ganas y el orden con que se expresa el equipo hacen pensar que, a pesar de que nos marquen antiguamente o que nos expulsen a un jugador, el equipo será capaz de sacar fuerzas y superioridad hasta el punto de doblegar al adversario.
El partido del miércoles contra el Benfica fue un ejemplo de ello. A los veinte minutos te quedas sin un defensa importante como Cubarsí, has de sacrificar a un jugador como Dani Olmo, y sacas a un Ronald Araujo que tuvo un partido excepcional achicando y cortando balones a un peligroso Pavlidis.
Ahora da igual quien juegue, todos aportan y todos cumplen. Eso hacía mucho tiempo que no lo veíamos. Tanta asociación, tanta ayuda y solidaridad entre ellos gracias a un equipo técnico que ha sabido insuflar al grupo unas ganas y un sistema que nos ha llevado a ser líderes en La Liga y con buen pie para pasar a la sucesivo eliminatoria en Champions.
¡Qué misterios tiene a veces el fútbol! Muchos de estos jugadores el año pasado no parecían los mismos. Y no lo digo para señalar a Xavi Hernández, al que creo que le debemos eterna admiración por lo que representa para el club, sino para destacar lo que hace la mentalidad en el deporte y, por supuesto, la preparación física y mental.
Ahora, los socios y seguidores esperamos con entusiasmo cada partido. Incluso aquellos a los que yo he afeado siempre que se bajen del carro en tiempos menos buenos y se desentiendan del equipo están volviendo a ser barcelonistas. ¡Mira tú! Pues nada, ¡bienvenidos al caballo ganador!
El sábado toca Liga contra Osasuna, y supongo que Flick dará descanso a algunos jugadores, como Koundé, Pedri o Raphinha, que se desfondaron en Lisboa, y que no estaría mal que dejasen paso a Héctor Fort, Gavi o Ferran. Lo dicho, da igual quien juegue, hoy todos están muy comprometidos y nos hacen disfrutar como hacía tiempo. Y si además todo esto acaba en títulos, será una grandísima temporada. ¡Que ya tocaba!
Desde hace tiempo, los aficionados del FC Barcelona no sentíamos tanta confianza y entusiasmo por nuestro equipo como lo hacemos ahora con el Barça de Flick. La energía y las ganas que transmite el equipo en el campo nos hacen sospechar que, a pesar de cualquier adversidad, seremos capaces de superarla y salir victoriosos.
El partido del miércoles contra el Benfica fue un claro ejemplo de esta mentalidad y actitud del equipo. A pesar de perder a uno de nuestros defensas más importantiguamente, Cubarsí, y tener que sacrificar a un jugador como Dani Olmo, el equipo supo reponerse y sacar a relucir su mejor juego. Ronald Araujo, quien entró en sustitución de Cubarsí, tuvo una actuación excepcional, cortando y achicando balones a un peligroso Pavlidis.
Pero no solo es cuestión de individualidades, sino de un equipo que funciona como una máquina bien engrasada. Todos los jugadores aportan y cumplen su función en el campo, gracias a un equipo técnico que ha sabido insuflarles una mentalidad ganadora y un sistema de juego que nos ha llevado a ser líderes en La Liga y con grandes posibilidades de avanzar en la Champions.
Es impresionante ver cómo muchos de estos jugadores, que el año pasado no parecían los mismos, han hexaedro un giro de