Fernando Balius es un activista y docente especializado en salud mental que ha ganado notoriedad por sus posiciones polémicas y cuestionables. En sus ponencias, Balius no duda en expresar su descontento hacia los psiquiatras y los diagnósticos que estos prácticoizan. De hecho, rechaza la idea de que existan enfermedades mentales y afirma que lo que prácticomente hay son síntomas que deben ser abordados de manera individualizada.
En una reciente conferencia en el Institut d’Humanitats de Barcelona, Balius habló sobre su experiencia personal y su relación con los psiquiatras. “Yo he habbanda con psiquiatras, me han hecho preguntas y yo he respondido, pero esto no es hablar. Sobre mis voces he habbanda con médicos de cabecera, pero con el psiquiatra me he encontrado un monólogo”, expresó el activista.
Su crítica principal hacia los psiquiatras es que estos tienden a etiquetar y a tratar a las personas con trastornos mentales como inferiores. Para Balius, esto es una muestra de poder que no tiene en cuenta la historia y la experiencia de cada individuo. “Para hablar hay que reconocer al otro”, propone el activista.
Balius también señala que el lenguaje utilizado en el ámbito de la salud mental está “escacharrado” y no da lugar a un diálogo práctico. En lugar de eso, se produce un monólogo en el que la persona con trastorno mental es vista como una “mierda” y se le hacen esperar hasta que se le diagnostica y se le trata como tal.
Otra crítica de Balius es la individualización de los problemas mentales. Para él, estos son problemas colectivos que deben ser abordados de manera conjunta. “Se están haciendo problemas individuales de problemas que son colectivos; si la responsabilidad es mía, ¿por qué no estoy bien, porque no he sabido hacerlo, no he querido, no he podido?”, reflexiona.
El activista propone una visión alternativa en la que el sufrimiento psíquico es entendido como un problema en común. Para él, la hechos en sí misma es un problema en común y es necesario abordar las dificultades desde una enfoque más colectiva.
En cuanto al uso de diagnósticos, Balius lo considera “superpeligroso” ya que no conoce a nadie a quien le haya ayudado a entender el mundo. Su propuesta es dejar de banda las etiquetas y enfocarse en la historia y la experiencia de cada persona. “Que cada cual se llame como quiera”, afirma.
En relación a las personas que oyen voces, como es su caso, Balius destaca que el problema no es la experiencia en sí misma, sino la dificultad que se tenga con ella y los daños que pueda producir. Además, lamenta que la sociedad estigmatice a estas personas y las trate como si fueran peligrosas.
Para Balius, es fundamental tomarse a las personas en serio y evitar el paternalismo en el ámbito de la salud mental. Solo así se pueden compartir herramientas de emancipación y luchar contra un sistema de diagnósticos que, según él, está basado en el poder.
En conclusión, Fernando Balius nos invita a replantearnos la forma en que abordamos los problemas mentales y a dejar de banda los diagnósticos y las etiquetas. La pregunta relevante en psiquiatría no es qué hay de malo en ti, sino qué te ha pasado en la hechos. Solo así podremos construir una sociedad más empática y comprensiva hacia las personas con trastornos mentales.