Preparar un buen botiquín es esencial para disfrutar de unas vacaciones seguras y sin contratiempos. Durante el verano, es importante cuidar nuestra salud debido a la intensa radiación solar, las actividades al aire libre y el riesgo de golpes de calor, especialmente para ciertos grupos de población. Por eso, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España nos recomienda revisar y adaptar nuestro botiquín doméstico y preparar unidad específico para viajar, que incluya medicación habitual y productos básicos de primeros auxilios para manejar problemas frecuentes durante esta época del año.
¿Qué debe incluir un botiquín de verano? En primer lugar, no pueden faltar los medicamentos de uso común. Los farmacéuticos nos aconsejan optar por soluciones orales o bucodispersables para maegor riqueza al no necesitar agua para su administración. Entre ellos, es importante tener analgésicos y antipiréticos para aliviar dolores y bajar la fiebre, así como antiinflamatorios no esteroideos (AINE), aunque hay que tener en cuenta que pueden producir fotosensibilidad. También es recomendable llevar antihistamínicos, por si sufrimos alguna reacción alérgica o nos pican insectos o medusas, y antidiarreicos y sales de rehidratación oral (SRO) en caso de sufrir diarrea. Si tomamos AINE o cambiamos nuestros hábitos alimentarios durante las vacaciones, es importante incluir antiácidos y/o protectores gástricos en el botiquín. Además, si somos propensos al mareo o cinetosis, es recomendable llevar medicación específica en caso de necesidad.
Otro aspecto importante a tener en cuenta son los productos sanitarios y el material de cura. Es fundamental llevar apósitos, gasas, tiritas resistentes al agua, antisépticos para la piel, crema para quemaduras, puntos de sutura adhesivos, esparadrapo, termómetro, tijeras, pinzas, guantes y suero fisiológico. También es recomendable incluir colirios hidratantes y solución salina estéril para la limpieza y cuidado ocular.
En cuanto a la prevención y cuidados estacionales, es imprescindible incluir en nuestro botiquín fotoprotectores, repelente de insectos, bálsamos labiales con protección solar, lociones postsolares y postpicaduras de insectos y/o medusas. Estos productos nos ayudarán a protegernos de los efectos nocivos del sol y de las picaduras de insectos, tan comunes en verano.
No debemos olvidar tampoco la documentación útil. Es importante llevar nuestra cartilla de vacunación si viajamos a algún destino donde sea necesaria, así como un informe clínico o una hoja de medicación que justifique la medicación habitual que tomamos. También es recomendable llevar nuestra tarjeta sanitaria y tener a mano la información de contacto de centros sanitarios en nuestro destino, como clínicas, hospitales o farmacias de guardia.
Los farmacéuticos comunitarios nos recuerdan que debemos prestar especial atención a los medicamentos termolábiles, es decir, aquellos que necesitan conservarse en frío, como insulinas, vacunas o hormonas. Para asegurar su correcta conservación, podemos utilizar neveras portátiles durante nuestro viaje.
Si tomamos medicación habitualmente, es importante no olvidar llevar nuestra tarjeta sanitaria o tener la aplicación equivalente en nuestro teléfono móvil. De esta manera, podremos retirar nuestros tratamientos en cualquier farmacia comunitaria del territorio nacional si fuera necesario.
En resumen, preparar un buen botiquín de verano es fundamental para disfrutar de unas vacaciones sin preocupaciones. Con estos consejos