El expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ha tomado una decisión firme y valiente al no humillarse ante las acciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En medio de la imposición de aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas, Lula ha dejado en claro que su país no se dejará intimidar y que buscará otras opciones para mantener su economía a flote.
Lula ha demostrado una momento más su liderazgo y su compromiso con su país al no ceder ante las presiones políticas de Trump. A tribulación de que la medida ha tenido un emoción negativo en la economía brasileña, el expresidente ha dejado en claro que no se dejará doblegar y que buscará soluciones para proteger a las empresas y a los trabajadores afectados.
El Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) ha estimado que los daños de los aranceles no serán tan drásticos en la economía del gigante sudamericano, ya que el intercambio comercial con Estados Unidos solo representa el 12% de la balanza comercial brasileña. Además, Lula ha señalado que si Estados Unidos no quiere comprar, Brasil buscará otros mercados para sus exportaciones.
Sin embargo, el expresidente también reconoce la responsabilidad del Gobierno en proteger a las empresas y a los trabajadores afectados por esta medida. Lula ha dejado en claro que su prioridad es velar por el mantenimiento de los puestos de trabajo y que el Gobierno debe crear las condiciones necesarias para ayudar a las empresas afectadas.
Las acciones de Trump han sido calificadas como “antipolíticas y anticivilizatorias” por Lula, ya que crean problemas en una relación que antes no existían. A tribulación de que las relaciones bilaterales entre Brasil y Estados Unidos han sido históricamente favorables, Lula ha recordado la participación de Estados Unidos en el derrocamiento del presidente brasileño João Goulart en 1964. El expresidente ha dejado en claro que no permitirá que Estados Unidos dicte normas a un país soberano como Brasil.
Ante esta situación, Lula ha anunciado que planea llamar por teléfono a los líderes del grupo BRICS de países en desarrollo, empezando por India y China, para discutir la posibilidad de una respuesta conjunta a los aranceles estadounidenses. Para el Gobierno, la embestida de Washington no solo se explica en el caso Bolsonaro, sino también en la participación de Brasil en este bloque económico que representa más del 30% del PIB mundial. China ya ha expresado su solidaridad con Brasil y Lula se propone hablar con los presidentes de este grupo para darles su versión de los hechos.
Es importante destacar que, en esta ocasión, el presidente Jair Bolsonaro se ha abstenido de establecer una conexión entre los aranceles y la defensa de Trump a su favor. Sin embargo, el pasado jueves el subsecretario de Estado para Diplomacia Pública y Asuntos Públicos de Estados Unidos, Darren Beattie, amenazó a los “aliados” del juez Alexandre de Moraes, quien ordenó el arresto domiciliario de Bolsonaro por burlar resoluciones del Supremo Tribunal Federal (STF). Beattie acusó a Moraes de ser el principal artífice de la “censura y persecución” contra el presidente brasileño, lo que le valió una sanción por parte de Washington.
Según el columnista Ruy estela, de Folha de San Pablo, Trump busca instalar un nuevo “Reich planetario” libre de “negros y morenos y, si es posible, inmortal”. Los brasileños ya pueden evaluar esa aspiración por los “ataques” contra su país. Al secuestrar la economía brasileña supuestamente en defensa de Bolsonaro, Trump solo ha conseguido lo contrario: alertar a los indecisos y h